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20 agosto 2013

LA CONSELLERA DE CULTURA Y SU COMISIÓN

La consellera de cultura y su comision

Es sabida la frase de que si quieres no resolver nada crea una comisión. En la actualidad, su puesta en práctica se manifiesta de forma notoria cuando vemos la petición de crear una comisión parlamentaría que jamás servirá para nada, toda vez que si es exigida por la minoría, ésta, nunca aceptará su resultado, mientras que si es a instancia de la mayoría, la aceptación democrática del su resultado ya habrá quienes se encarguen de dejarla en entredicho. En definitiva, que no sirven para nada.

Pero no es a esta actividad a la que me refiero, tantas veces en ejercicio cuando el interés en su propuesta es el electoral y en detrimento de la verdad que no está en la mente de quienes la procuran, sea por obligación de su ejercicio, sea por desprestigiar a la institución (la mayoría de las veces) cuya obligación es potenciarla.

La Consellera de Cultura de la Generalitat Valenciana, Sra. Catalá, ha optado por la creación de una comisión que tenga como objetivo instar a la RAE a una mejor definición de la Lengua Valenciana, descontenta como está con la que en la actualidad se ofrece desde hace unos pocos años, desde cuando desdeñó por arte de birlibirloque su anterior acepción.

Y para tal fin, lleva la idea de que la comisión la integren las asociaciones culturales y centenarias Lo Rat Penat y la Real Academia de Cultura Valenciana, junto a la moderna y política de hace pocos años, la Academia Valenciana de la Lengua, fruto de un acuerdo alejado del más puro interés cultural.

¡Verdes me las han pintado!

Si alguien cree que el resultado puede satisfacer a todos, es que no es de este mundo, reduciendo su ámbito al de nuestra Comunidad.

Considero mujer inteligente, preparada y dispuesta a la actual Consellera, pero si Dios escribe recto pero sobre renglones torcidos, la Sra. Catalá debe de saber que la AVL escribe de forma torcida, que más bien resulta calificarla de torticera, acerca de su principal cometido, que no es otro que salir en defensa de la Lengua Valenciana en lugar de actuar al dictado de quienes están empeñados en su defenestración, dado que desde su nacimiento y en su corta edad, si por algo se ha caracterizado es por desacreditar una lengua que ha tratado de inculcar a una infancia indefensa, mientras que a la sazón ha conseguido su desprestigio alejándose de la inmensa mayoría del pueblo valenciano que no cree en ella.

No le vendría mal a la Sra. Catalá un poco de coherencia y poner las cosas en su sitio, pues al pan, pan y al vino, vino.

Y si es capaz de separar la política de la cultura, la LENGUA VALENCIANA le quedará agradecida.

18 agosto 2013

Y BAJABA Y BAJABA

Y bajaba y bajaba

Cuando León Valderas descubrió el sabor amargo de la realidad, todo el andamiaje se le vino abajo. Como a plomo.

No fue el que una de las cuerdas de esparto reseca por los años cediese en detrimento de la horizontal postura hasta entonces.  Ni como consecuencia de un vendaval traicionero e inesperado que de repente hace acto de presencia y se lleva por delante todo lo que encuentra a su paso, pero, que, sin embargo y tras el necesario ajuste, se restituye de vuelta a la normalidad.

León Valderas, de repente, se dio cuenta de su dirección hacia la profunda sima de lo oscuro donde ni una pizca de aire da el mínimo resuello.

León Valderas ni siquiera tuvo a su alcance un trozo de brea a utilizar como antorcha, ni un pedernal para encenderla en su caso, ni el leve rayo de luz que denotara una posible salida a la profundidad de un pozo a cuyo final temía llegar. Ni siquiera la sensación de una pequeña brizna de aire que aliviara sus pulmones apretujados por un estrecho conducto vertical que bajaba y bajaba. Y bajaba.

León Valderas buscaba una saliente, una raíz a la que asirse en su derrumbe incontrolable. 

Pero cuánto más bajaba y bajaba, sus fuerzas eran tan débiles como la falta de aire en tan profunda sima; que si de haberlo, ni con antorcha, yesca y pedernal ni el más leve destello hubiese podido alumbrar.

Mientras tanto bajaba, bajaba sin cesar.

16 agosto 2013

CON EL NACIONALISMO HACIA EL MEDIEVO

con el nacionalismo hacia el medievo

Cuántas y cuántas veces nos hemos preguntado sobre el origen del universo.
La única respuesta que hemos obtenido ha sido la de que fue el Big Bang lo que dio origen a su existencia; aunque igualmente sea digno del mayor respeto la creencia religiosa de que en trabajo de siete días fue de las manos del Creador la razón que nos dio la vida.
Fuera como fuese, el hecho constatado, es el de la existencia del universo y en un rincón del mismo la ubicación exacta del planeta Tierra, lugar donde nos encontramos.
Y fue así como milenios más tarde, uno pueblos extraños llegaron a nuestras costas españolas desde la otra parte del Mediterráneo, a la sazón creando lugares donde habitarla para cohabitar con mejor o peor grado con los poblados autóctonos que les salían al paso.
Fueron los romanos quienes de forma abundante nos esquilmaron minas y bosques, con la contrapartida de crear una red de calzadas que facilitaron el tránsito de un lugar a otro de nuestra piel de toro. Las que facilitaron que posteriores civilizaciones las utilizaran para sus fines, que no eran otros que dominar una península que en principio los griegos la nominaron como Iberia. Como era su habitual costumbre, una vez Roma logró su dominio la reconoció como Hispania. Nombre de pila que aún perdura gracias al aporte cultural mantenido desde entonces.
Así sucedió con la Hispania visigótica, al igual que los invasores musulmanes que aunque como El Andalus la bautizaron, igualmente usaron el nombre de Ispaniya entre sus hermanos de mayor cultura, porque más que arabizar al pueblo, fue éste el que hispanizó al invasor, salvo cuando en ocasiones, fundamentalistas musulmanes, masacraban a una población que como infiel la estimaron.
Los reyes cristianos lograron recuperar antiguas tradiciones, consiguiendo que el invasor musulmán no traspasara los Pirineos para mejor destino de lo que siglos después se reconocería como Europa. 
Los Austria, sucesores de los Reyes Católicos quienes de común acuerdo unificaron la vieja Hispania, mantuvieron intacto el mismo objetivo, aunque el oro y plata que llegaba de ultramar lo despojaron para defender una hegemonía europea innecesaria en lugar de invertirlo en casa propia. O sea que les reyes hispanos les hicieron el juego llevándonos en andas a la decadencia.
Los Borbones trataron de que el viejo Reino de España se modernizara abandonando leyes forales que ningún actual tribunal europeo admitiría, salvo la torpeza de dos inútiles reyes que entregaron en bandeja la corona española al francés invasor. Soberanía que fue restablecida gracias a la decidida fortaleza del pueblo español que desde Finisterre al Cabo de Gata, como desde Port Bou a Ayamonte, no tenía duda alguna de su histórica nacionalidad.
Y qué decir del mundo intelectual, que generación tras generación y durante más de cinco siglos han mantenido el mismo criterio. Lo que no es fruto de la casualidad, sino de un aporte cultural del que una parte del pueblo cerril se mantiene a distancia.
Lo sucedido a continuación y más cercano en el tiempo tiene la singularidad de cómo el pueblo español está siendo conducido cual rebaño atento al toque de campana y dispuesto al trote por cualquier camino engañosamente conducido. Y es tal su desnorte, que los más de veinte siglos de poso cultural, tirados por la borda, sólo han sido de provecho para un grupo de desalmados políticos empecinados en borrar un pasado que si alguien supo ennoblecerlo fue el mismo pueblo español, en la actualidad utilizado como cualquiera vulgar producto de los de usar y tirar por cualquier alcantarillado.
Y es tan ignaro e imbécil, que ni cuenta se da de ello.
Nada que ver, por supuesto, por la reflexión profunda acerca del origen del universo del que forma parte nuestro planeta de más de veinte siglos en el candelero gracias a la acción decidida del pueblo español.
Salvo quienes están a merced de una pléyade sin escrúpulos, indecente, que cuales señores feudales tratan de imponerse. Por eso reclaman los “fueros”.
Hacia el Medievo.

08 agosto 2013

¡VIVA EL REY, MUERAN LOS TRAIDORES! …ASÍ LO PROCLAMABAN “ELS SEGADORS”

César Gavela desliza su pluma literaria sobre su columna periodística de Las Provincias denunciando la realidad que sufren los ciudadanos de una parte de España que sin ser conscientes de ello están  cautivos  y a merced de  una clase política cuyo único objetivo ha sido y es su enriquecimiento personal.

Una clase política que en los últimos casi cuarenta años se ha dedicado al adoctrinamiento y desde su infancia de tan indefensas mentes, utilizando tanto los centros docentes como las redes  mediáticas ambos a su servicio con la más desvergonzada deslealtad  y con la urdimbre añadida de la mentira.

César Gavela de forma clara, sencilla y rotunda al mismo tiempo, nos expresa una realidad que no es otra que el diagnóstico de un enfermizo “seny catalán” que una pléyade de corruptos políticos trata de conducir hacía las paginas más negras de su reciente historia.

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02 agosto 2013

¿QUERÍAN SABER LA VERDAD?

querian saber la verdad

¿De verdad querían saber la verdad los asistentes ayer en el Congreso de los Diputados a petición del Presidente del Gobierno Mariano Rajoy y bajo la presión “con distinto fin” de la oposición en sesión parlamentaría que se efectuó en el Senado por obras en la Cámara Baja?

La misma transcurrió tal y como les anuncié en mi anterior entrada bajo estos mismos renglones. Desde el civilmente sagrado lugar en el que los representantes del ciudadano tienen la obligación moral de ejercer sus funciones con la dignidad que el cargo obliga, Mariano Rajoy y como “hombre del día”, tomó en primer lugar la palabra para manifestar claramente que todas las acusaciones vertidas sobre su persona referentes a la actuación del Sr. Bárcenas son falsas, tanto en cuento se proclamó como un hombre honrado y con el derecho constitucional a ostentar tal distinción mientras los jueces no juzguen y condenen lo contrario.

Y salvo quienes ocupaban los bancos del partido popular, más algún que otro digno disputado, interesados en escuchar las necesarias explicaciones, que por cierto las dio con rotunda claridad, el resto de los presentes se mostró con el talante necesario para ser faro u guía de quien fijara en el refranero español el conocido como “dime de qué presumes para decirte de que  careces”. Inspiración surgida en la mente de su creador al observar personas de una condición semejante a quienes ocupan las bancadas de la izquierda española. 

Vamos, desde las actuaciones de personajes calcados a estos mismos y sin un ápice diferenciador.

Una cuadrilla de gañanes, porque el sustantivo les viene al pelo, que se distinguió en su turno de palabra por la carencia del más elemental respeto hacia un Presidente que de forma contundente, una y otra vez, les estaba remitiendo a la necesaria sentencia de un juez que está investigando unos indicios que hasta la fecha han sido manifestados por su instigador, en la actualidad en presidio, en diferentes facetas; por lo tanto, carentes de respeto.

Una cuadrilla de insidiosos que en modo alguno está interesada en conocer la verdad porque en sus mentiras de cuna y cual ariete que utilizan,  lo único que les interesa es el deterioro de una convivencia nacional que cuando han tenido ocasión de tenerla en sus manos la han lanzado por la borda.

Qué fácil hubiese sido adoptar la presunción de inocencia que la Constitución exige  y al mismo tiempo  pedir el abandono de la política si se prueban unas insidias que el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, desde tan noble tribuna desmentía.

Pero para ello sería de recibo que tan semejante cuadrilla de cainita condición, tuviera una dignidad que nunca ha tenido.

De semejante cuadrilla de personajillos de medio pelo, sin duda alguna, debió salir la luz que inspirará al autor de tan enriquecedor dicho del refranero español:

Dime de qué presumes y te…