Si das una vueltecita por mi Blog, espero sea de tu agrado.

26 junio 2013

DON JOSÉ ÁNGELES CASTELLÓ: QUIEN FUERA UN VALENCIANO LIBRE.

Jose Angeles castello, una valenciano libre

Don José Ángeles Castelló, valenciano nacido en 1930, falleció hace escasamente dos años.

Quien fue doctorado en la Universidad de Valencia donde alcanzó gran prestigio, tuvo la fortuna de ejercer la docencia en los Estados Unidos en un colegio de Wisconsin y en la Universidad del Estado de la Florida, una vez abandonado en 1960 el claustro de la calle de la Nave, teniendo la ocasión de colaborar con sus conocimientos en numerosas publicaciones de ultramar a lo largo de su estancia.

Y digo que fue un hombre afortunado, porque pudo ejercer su profesión con la dignidad que merece; lejos de su tierra, sí, pero gozando de una libertad que las paredes de la Universidad valenciana no otorgan a su profesorado.

La Universidad Literaria de Valencia, que un día y por un plato de lentejas, aunque las legumbres lo fueran de oro y por tal motivo la razón, se vendió al Omnium Catalán, ha ido alimentando un germen que con el paso de los años ha llevado al efecto de anular toda capacidad de discernimiento en quienes pasan por sus aulas.

Los que son capaces de ello, quienes les encantaría rebelarse, no tienen más remedio que optar por el silencio para alcanzar la nota que anhelan, dando por buenas todas las falsedades filológicas que llegan a sus oídos desde donde el debate y la defensa por la singularidad de la Lengua Valenciana están prohibidos por la firme decisión de un rectorado cuyo único deseo es el de asegurar su paga mensual, alejados de la que debiera ser su principal obligación, que en el fondo muy bien conocen.

Con este escenario, es muy difícil que un día un catedrático libre de dogmatismos (que haberlos haylos y en su silencio) pueda alcanzar la dirección del centro, convirtiéndose en el Rector que la Universidad de Valencia necesita para recuperar la dignidad perdida. Y a la sazón la libertad actualmente humillada al alumnado de sus aulas; quienes aún sabiéndolo, gozan en el redil.

19 junio 2013

JOSEP TARRADELLAS: ¡CIUTADANS DE CATALUNYA, JA SOC AQUI!


No es importante para un pueblo buscar su identidad por caminos  confusos.   Y menos cuando se trazan desde el pasado unas rutas inexistentes diseñadas por quienes  utilizan al ciudadano como un rebaño dispuesto al engaño, a la sazón dócil a la entrada a un redil donde se convertirán en víctimas propiciatorias para quienes se consideran como dueños redentores.

Salvadores de una patria que nunca existió, aunque en un tiempo lejano tuviera ínsulas de  "principat". Rango que nunca superó quedándose en mera quimera. 
    
Lo importante, más bien, es  mantener la dignidad. La que en un tiempo tuvo pero que en la actualidad es arrastrada por los suelos ante el estupor de quienes intentan mantener el otrora auténtico “seny catalán” que de tan arraigo popular ha pasado al olvido.

Mala cosa es ver a Cataluña a merced de una panda de estrafalarios personajes sin talla moral alguna, buitres de la política de la que se han enriquecido al estilo de sus ancestros feudales. Aquellos que veían al labrador catalán como un súbdito a su servicio; hasta que un día se alzaron contra la Generalitat al grito de ¡Viva el Rey, abajo los traidores!

Como “els segadors” se le reconoce aquel pueblo oprimido. Como el actual, manipulado por los actuales carroñeros que se alojan en el mismo lugar, distorsionando a su antojo su histórico pasado.

En un tiempo muy cercano, Josep Tarradellas, un catalán de bien -quien en su día fue expulsado del Gobierno autonómico por sus enfrentamientos con Maciá- y con la verdad por delante con su famoso grito de : ¡Ciutadans de Catalunya, ja soc aqui, se dedicó durante el final de sus días al logro de mantener una dignidad sin sospechar que años después, la misma, estaría ultrajada por las escombreras de las Ramblas.

15 junio 2013

FRANCESC ROMEU, QUIEN SUEÑA CON PANCHO VILLA

françesc romeu_quien sueña con Pancho Villa

Un dicho popular dice que “si quieres saber quién es fulanito, dale un carguito “; refiriéndose más bien en su aspecto general. En lo puntual podríamos concretar que si “quieres saber quién es Paquito, dale un carguito”.

Les hablé un día de un tal Francisco quien seguramente en sus años de corretear por las acequias de Silla igualmente se llamaba Paquito. Debieron de pasar unos cuantos años para que un día, cualquiera lo sabe, un halo divino o pagano hizo que descubriera que no se llamaba ni Francisco ni Paquito, sino Francesc. Ello le imprimió cierto carácter soberano y su pueblo se le quedó estrecho como el cuello de una botella de anís Tres Coronas, lo que le produjo cierta desazón.

Se hizo entonces socialista, o sociolisto (con esto del genero hay que tener mucho cuidado porque su correcta utilización ha pasado a mejor vida, y salvo la RAE nadie lo respeta). 

El caso es que Francesc, el rapaz de Silla y en contra de su partido en el que va por libre, se ha decidido por la III República convencido que la inmensa mayoría del pueblo español sueña con ella. Partido, por cierto, cuyas siglas de antiguo se identificaban como socialista, obrero y español. Así, al menos, lo definió Pablo Iglesias. Pero de eso hace ya muchos años y si cada vez quedan menos obreros entre sus dirigentes, ahora lo de español les molesta cuando pululan por la periferia.

¿Es Francesc valenciano o es español? Seguro que anda en sus dudas, pero lo que tiene claro es que sueña con ser republicano.

La historia hay que conocerla para no repetirla; eso dicen cuando les conviene. Pero el Francesc prefiere ignorarla. Y si es reconocido que durante los ya casi últimos cuarenta años (menos la última legislatura de Zapatero, que todo hay que decirlo) han sido los mejores para España desde hace siglos, aquello de que de bien nacidos es el de ser agradecido, a Francesc le viene al pairo.

¡Ché, un lio!

Lo único claro es que la organización a la que pertenece es un partido que está partido; aquí, al menos, la cuestión de género está clara. A algunos les molesta lo de español y les produce sarpullidos, y a otros el que el Jefe del Estado sea un monarca hasta arcadas les produce. ¡Qué delirio!

Y en esta guisa estamos cuando desde el interior de un partido que no lo está por la mitad sino en mil pedazos, suenan clarinetes: ora de soflamas imperiales por un destino en lo universal, ora por un estado federal sin saber qué es lo que dicen, ora por una III República que si nunca las segundas partes fueron buenas, ya me dirán de la tercera.

Pero a Francisco, o a Paquito o a Francesc lo único que le importa es la notoriedad, buscarse un acomodo en una sociedad que si añora la realidad de los últimos casi cuarenta años (menos los cuatro citados de Zapatero) lo suyo es darle su espalda.

Mientras tanto, un tal Soto de profesión a sueldo de su partido, después de sus habituales ejercicios de yoga y en su acostumbrada pose trascendental, lanza ánimos al de Silla instándole a que el partido al que un día ambos se afiliaron, socialista y español, se parezca cada vez más al ejército de Pancho Villa.

Por cierto, Pancho quiso que le llamaran Pancho en lugar de Francisco, cuando lo cierto es que su nombre no era tal; resulta que el de pila era el de Pepe.

¡Ché, un lio!

Lo que está claro es que Paquito quiere que le llamen Francesc cuando su nombre de pila es el de Francisco. Y no lo digo por la posible analogía entre uno y otro caso, sino porque la coincidencia reside en la consideración que se merecen ambas formaciones: la de un partido en desbandada sin nadie que lo gobierne.

Por ello sueña Paquito, por el carguito.

11 junio 2013

VIÇENT ANDRÉS ESTELLÉS: ROSAL Y ZARZA

vicente andres estelles, rosal y zarza.

En el año dedicado al poeta de Burjasot, Viçent Andrés Estellés es bueno que existan grupos interesados en glosar sus luces, aunque no todos lo hacen con el mismo fin, más atentos algunos a sacar rédito político a su figura que a loar su obra; aunque no lo parezca. O sí.

Por su actitud se definen, fomentando al mismo tiempo un sectarismo que en pleno siglo XXI solo se entiende bajo el banderín de enganche hacia un fundamentalismo medieval que tantas veces vemos en los telediarios.

Porque el poeta de Burjasot, también tuvo sus sombras en el último tercio de su vida. Una transmutación en la vida de un “home bó” que causa desazón a quienes siendo partidarios del buen gusto, ven el cambio en la obra literaria de Viçent proclive a la falta de decoro.

Andrés Estellés abandonó la lírica de su pluma para recurrir a la rima tabernaria que nada tenía que ver con el encanto de sus poemas y la profundidad que en sus versos se encerraba.

Víctima de lo que ya había denunciado Vicente Blasco Ibañez un 13 de Junio de 1907 en su diario El Pueblo, “la lepra catalanista “, el Viçent de Burjasot no tuvo empacho alguno para rimar “lletra gótica” con “Fills de la Gran Puta” en un poema de rancia taberna y fétida letrina, en este caso dedicado a los valencianos libres y a salvo del contagio usurpador que ya denunciara el más insigne republicano nacido en el barrio del Velluters, y de cuya malatía Andrés Estellés quedó prisionero.

Que si bueno es hablar de las luces de quienes encumbramos (muchas veces desde la ignorancia) también lo es hacerlo de sus sombras. Y en especial cuando demuestran por si solas que no todo el monte es orégano.

En este caso la evidencia de que en la huerta valenciana, junto al florido rosal, también existe el zarzal que trata de enmarañarlo para anular su lozanía.

09 junio 2013

LOS ANÓNIMOS SECTARIOS

los anonimos sectarios

Las rayas blancas tienen el valor añadido de la seguridad que ofrecen. Sobre la calzada se convierten en un preferente lugar de paso al peatón a quien dicho sea de paso no le está de más mirar con el rabillo del ojo a una y a otra parte, porque siempre hay quienes despistados pueden causar mil y un estragos. En la carretera son las rayas blancas todo un referente para la seguridad vial, en especial para las viejas comarcales que van marcando el camino al prudente conductor.

Y qué decir en cualquier terreno de juego que marcan el interior de un recinto en el que uno y otro contrario tratan de superarse supeditados a unas reglas que se libran en su interior.

Son éstas unas rayas blancas que están a la vista a cuyo servicio nos debemos cuando la ocasión lo establece.

Hay otro tipo de línea cuyo significado todos conocemos pero que sin embargo no se ve, tanto en cuanto no está dispuesta para su contemplación, sino para marcar una linde cuya superación convierte al sujeto que osa su paso en un ser despreciable para la sociedad a la que pertenece; en especial cuando lo hacen bajo el paraguas de su anonimato.

Son las líneas rojas.

Sin embargo, no siempre es así.

Hay quienes ocultan su identidad para fines nobles, altruistas, tratando de dar lo mejor de sí mismos en beneficio de los demás con el deseo de pasar desapercibidos en su filantrópica acción, ganando, que no perdiendo, parte de su tiempo. Su mayor interés, que su identidad permanezca oculta.

Sin embargo, no siempre es así.

Los que carecen de argumentos, los aborregados, los sectarios en suma, aquellos que presumen de lo que carecen, los ignaros que se ven incapaces de debatir cualquier tipo de idea, asilvestrados por rancios catecismos y sin base en la que sustentarse, a la sazón víctimas propicias de encomiendas salpimentadas desde la falsedad de la que se han alimentado a falta del más elemental discernimiento, son, quienes por su vacío mental, están dispuestos a cruzar esa línea roja con la única pértiga que disponen: la de su anonimato con la estulticia a su vez del insulto, de la descalificación personal, carentes siempre del debido rigor al que recurrir y con la cobardía de no dar la cara.

Grupo al que pertenecen captado cual masa inerte dócilmente alineada. Y les hablo de los sectarios empedernidos que muestran el mayor de su fascismo con el estilete de la deslealtad.

Lo políticamente correcto se ha convertido en ellos en un ariete que cercena su libertad, dando uso al palabro soez, tabernario, tan en boga en quienes optan por su anonimato, convertidos entonces en seres oscuros, acomplejados, muy próximos a un vacío cultural del que a la postre blasonan.

Eso sí, en ocasiones con el pito en la boca, el vocerío y la pancarta, pero siempre escondidos entre la muchedumbre, dándose a conocer entonces con el exabrupto, atrincherados en su anonimato.

Así son los anónimos. Los anónimos sectarios.

06 junio 2013

GEORGE ORWELL 67

GEORGE ORWELL

El Bloc de JotaCob muestra su orgullo y satisfacción por compartir enlaces con el blog de "GEORGE ORWELL 67".

Y más, por ser necesario salir al paso a tantas mentiras de las que han sido víctimas las últimas generaciones; tan desnortadas como engañadas.

De los barros, los lodos.

03 junio 2013

RITA BARBERÁ: VEINTIDÓS AÑOS GOBERNANDO

Rita barbera veintudos años gobernando

Veintidós años gobernando desde la alcaldía una ciudad deben de ser muchos para un sector minoritario de sus vecinos que no se muestran aptos para la derrota.

Veintidós años gobernando merced a triunfar en las urnas tras seis legislaturas, por lo visto, deben de atragantar a un grupo siempre dispuesto al pito y a la flauta, menospreciando a una mayoría proclive a dar su voto a una Alcaldesa que desde su primer día se volcó por su ciudad con amplio reconocimiento de la inmensa mayoría de los ciudadanos.

Veintidós años triunfando en todos los distritos de la ciudad es muy difícil de digerir por quienes sueñan y sufren con Rita Barberá, que de seguro en algunas noches del caluroso estío, que son las más en Valencia, les hará retorcerse entre unas sábanas humedecidas por un agrio sudor que brota de unos poros dilatados por obra de unos exabruptos que manando del interior de sus vísceras retorcidas están listos para vociferar en la calle al grito conminatorio de un pásalo que se agrupa en una lista de distribución donde aparecen los de siempre.

Veintidós años triunfando en todas las citas electores no tienen ningún significado para esa bullanguera minoría que, por otra parte, tantas veces cuanto les viene gana presumen de demócratas, pero con desprecio a las urnas; intento que lo único que demuestra es el concepto que tienen de un sistema que sólo es válido para ellos cuando de la forma que sea alcanzan el poder.

Camada esta que son siempre los mismos y con la misma geta, tanto en cuanto su predicamento es el de la mentira, el de la infamia y del invento falaz en la creencia que irán aglutinando contra la alcaldesa a quienes sueñan con ella desde el primero al último minuto del día desde hace veintidós años.

No creo que Rita Barberá esté necesitada de consejo alguno, pero a tenor de sus declaraciones por el ataque personal del juez Castro que ha instado en su contra a otro órgano judicial, tras sus declaraciones en rueda de prensa una vez leídas unas páginas de hechos indiciarios carentes de todo rigor, no estaría de más, al menos yo lo haría, el acudir al juez de guardia y presentar una denuncia contra el juez mallorquín por su “presunta prevaricación” según se induce en sus conclusiones.

Qué no sólo hay que poner en tela de juicio a nuestros políticos que ejercen la cosa pública con el único código de su conciencia personal, sino también y más si cabe a los jueces, quienes debieran ejercer su profesión en base a unos códigos escritos cuyo cumplimiento les obliga y que por lo que vemos de continuo, no siempre; y no así a su conciencia que debiera estar supeditada a las leyes. Y sólo a ellas.

¿Qué pasará si Rita Barberá no denuncia al Juez y los indicios de éste se quedan en nada?

Pues lo de siempre: un juez contento, una minoría con más armamento para difamar, y una próxima victoria electoral de Rita Barberá que espero lo sea por muchos años.

Sus enemigos coléricos se lo merecen. Y que sigan retorciéndose mientras duermen envueltos en sus iras, al igual que lo hacen durante el día lanzando sus infamias.

Así llevan veintidós años.